Algo quieres esconder
que no sé qué es
y ya me hace daño.
Por favor, no pongas entre tú y yo
dudas que por hoy
puedan separarnos.
Contéstame, aunque duela
dime por qué
no te brillan igual que ayer
las pupilas cuando me miras.
Mientes, te conozco bien
está claro que
algo está cambiando.
Habla, no huyas de mí,
a quemarropa ya di
qué es lo que te tiene así
visiblemente agitado.
En el altar
de mi credo particular
nada, nadie me importa más
que la música de tus labios.
Eres azúcar amargo,
delirio y pecado,
un cofre de sorpresas,
llegas, me besas y
Eres azúcar amargo,
un ángel, un diablo,
maldito embustero,
sólo siento,
que te estoy perdiendo.
Odio, tener que ser yo
quien te obligue a dar
ese primer paso.
Si es que hay
alguien aparte de mí,
ahora mismo y aquí
cortamos en sano.
Me desharé,
por dentro me desharé
de dolor pero no daré
por pararte ni un solo paso.
Eres azúcar amargo,
delirio y pecado,
un cofre de sorpresas
llegas, me besas y
Eres azúcar amargo,
un ángel, un diablo,
el hombre que quiero
pero siento
que ya no te tengo.
En el altar
de mi credo particular
siempre has sido el mejor,
el más,
el espejo en el que me miro.
Eres azúcar amargo,
delirio y pecado,
un cofre de sorpresas
llegas, me besas y
Eres azúcar amargo,
un ángel, un diablo,
maldito embustero,
como duele
saber que te pierdo.
Azúcar amargo,
delirio y pecado,
un cofre de sorpresas
llegas, me besas y
Eres azúcar amargo,
un ángel, un diablo,
maldito embustero,
como duele
saber que te pierdo.